sábado, 28 de febrero de 2009

EL CABALLO ARGENTINO



Era yo un estudiante de Ingeniería Pecuaria y no se si esa carrera existe en otra Universidad  del Mundo , o es uno de esos tantos inventos cubanos, como la fábrica de candados, o la desecación de la Ciénaga de Zapata, o la importación de una barredora de nieve, o sencillamente el invento de raspar a las vacas para que dieran mas leche.  Sencillamente no lo sé. Pero lo cierto es que en el transcurso de nuestro curso introductorio nos llevaron a una fábrica de caballos Pura Sangre, o mejor mas cientificamente, a un centro de  reproducción equina, que dirijía el Comadante en Jefe ( bueno  ¿ que no dirije él ?). Este centro se encontraba en Oriente, exactamente en Jiguaní.

Allí aprendí que los caballos son mazoquistas. a la hora de hacer el amor. Resulta que ponen dos o tres hembras  amarradas a un tronco y sacan al macho del establo. El animal me imagino que por el olfato detecta cual de ellas está en celo e intenta montarla. Pero sorpresa : Cuando el alazán se disponía a acercarse a la Yegua  lo retiraron, no sin antes pasar mucho trabajo para dominar al animal. Fue entonces que el jefe de la cuadrilla de obreros gritó:

Traigan al caballo argentino.

Sorprendido pregunté :

¿Es que acaso hay un caballo mejor que el alazan ?

Y el hombre que estaba a mi lado respondió riéndose:

Por supuesto es el mejor, un semental traído de Argentina.

Fue entonces que de uno de los establos entró el mamporrero, con un penco, flaco y lleno de moretones, con lagunas de pelo en su cuerpo. el pobre caballo pedía permiso a una pata para levantar la otra.

Ahora sí  cuando detectó la yegua en celo, lo que restaba del otrora penquito criollo salió a flote y el animalito se encabritó y partió hacia la yegua.

Nunca había visto una pateadura igual. Cada vez que el animal se acercaba recibía todo tipo de golpes.

Me explicaron entonces que en el ritual amoroso de los equinos, la hembra patea al macho y este tiene que doblegarla, hasta que ella se deje montar. Pero como el alazán era un PURA SANGRE muy costoso, para que no sufriera daños, se colocaba al caballito de marras, para que recibiera los golpes y cuando ya todo estuviera listo, se le quitaba y se traía al fogozo corcel para que montara la hermosa yegua. Sencillo.

Cuando al fin el pobre caballo argentino se dispuso a montar...zasss... de un tirón lo retiraron y tomó posesión el Pura Sangre. Pobre animal, se babebaba y se retorcía, pero no montó.

Pasó el tiempo, estaba yo en una fiesta de fin de año, de esas que se daban en la Universidad para celebrar un nuevo aniversario de la Revolución..maravilloso, estaba allí, la mujer de mi vida, al menos hasta ese momento, porque hacía más de un año que intentaba conquistarla sin resultado alguno. Pero esa noche mi suerte cambió. Ella se veía algo ansiosa, miraba el reloj constantemente y aceptaba mis requerimientos, bebió y bailó conmigo, hasta llegamos a besarnos, y fue entonces que se escuchó por encima de la música el sonido de un claxon que sonaba sin cesar.
Tanto ella como yo miramos el reloj…alguién vino a avisarle que la buscaban afuera. Ella se despidió de inmediato y se marchó hacia la puerta, yo la seguí rapidamente…me quedé en el umbral, ella se acercó a un auto Alfa Romeo, junto al auto un hombre maduro con un Rolex en la muñeca que brillaba en la oscuridad, en el bolsillo derecho seis bolígrafos y en el izquierdo, cuatro grandes tabacos, ella se montó en el auto sin mirar atrás, el no le  abrió la puerta sólo le dijo,- estaba en una reunión -, se puso al volante, su pelo blanco me indicó que era uno de los poseedores de las tres C, o sea  CASA, CARRO y CANAS. Se perdieron en la oscuridad de la noche y yo me quedé boquiabierto en la puerta, pensando que me había convertido en todo... ¡ un caballo argentino ! .

Esteban Martin

lLA Habana, Cuba

1969 

No hay comentarios: