domingo, 26 de diciembre de 2010

EL PROFESOR

Transcurría el año 2005, hacía 20 años que había salido de Cuba. Todo me resultaba extraño, mis amigos habían muerto o se habían marchado del País, de mis viejos recuerdos solo pude encontrar a mi antiguo barbero que ya anciano tuvo la gentileza de pelarme en el portal de su casa, mientras conversaba conmigo de su experiencia en Canadá donde residía su hijo. Había pasado allá 3 meses pero el frío lo hizo retornar a su querida Habana.Yo había viajado por un triste motivo familiar y aproveché para conocer personalmente a mis nietos. Tenía poco dinero, fue un viaje rápido y sin preparación. Me sentí muy mal, toda la familia esperaba un poco mas de mi, o lo que es lo mismo un maletín mas grande, después de tantos años o una billetera inflada en el bolsillo. Hasta la mismísima presidenta del Comité me hizo honores. Era la misma de hace 20 años. Solo que ahora mas flaca, se le notaba el peso de los años. Sus dos hijos estaban en Estados Unidos y su esposo , antiguo militar con alta graduación ya se había retirado o lo habían retirado, quien sabe , lo cierto es que ahora trabajaba en un puesto de viandas.


Durante todos estos años yo siempre estuve al tanto de todo el acontecer cubano. En contacto con mis hijos, mi madre, primos, amigos, leía el periódico Granma en la Internet . Pensé que todo lo sabía. Incluso hacía tres años le serví de guía en Miami a mi antiguo Profesor de Urología que crealo o no,… no llegó a Miami como turista, sino invitado por la Universidad para dar una conferencia sobre una técnica innovadora que él había desarrollado. Tal era el prestigio de mi antiguo profesor de Urología en la Universidad de La Habana. Y ese prestigio lo había ganado con los años porque el era médico desde antes que triunfara la Revolución. Porque el no fue rico y costeó su carrera trabajando.

Ahora yo me sentía extraño, caminando por unas calles llenas de baches, mirando en cada esquina a un grupo de cubanos bebiendo cerveza, sin importar la hora o el día de la semana. Grupos en las esquinas junto a un uniformado de amarillo que detenía vehículos para montar a las personas en  auto o camión estatal…

Vi peleas callejeras y al policía que observaba sin mezclarce en ella.

Pasé por el Hospital de Emergencia situado en la Avenida Salvador Allende, vi el hospital apuntalado, desierto, destruido. Ya había muerto ….un hospital menos……vi personas recogiendo cabillas entre los edificios derrumbados que estaban a su alrededor…..Decidí cambiar mis pasos y me dirigí a la antigua Habana, la del historiador Eusebio Leal, esa Habana hermosa de la cual escuchaba bondades, cada día en Miami en el programa de Max Lenix, esa Habana mía de la que hablaba Francisco Aruca……"el comentarista de la Revolución Cubana en la tierra de los gusanos". ..De esa Habana floreciente que leía en las páginas del diario Granma en la Internet.

Efectivamente La Habana Vieja había cambiado, estaba llena de turistas, hostales, pequeñas tiendas de artesanías, cafés, bares, todo se vendía con moneda convertible, llamada  CUC o chavitos como le decían en ese momento los cubanos a la nueva moneda, que curiosamente valía mas que el dólar americano y que no circulaba entre los trabajadores cubanos; porque a los trabajadores se les pagaba con otra moneda o moneda nacional que tenía un equivalente de 23  pesos  por un CUC y el promedio del salario de un trabajador en Cuba era de 250.00 pesos cubanos o sea $ 10.86 CUC al mes.

Había un crucero en la Bahía… los niños miraban a  los turistas a distancia, miraban al turista y miraban al policia….vi personas escuálidas disfrazadas de santeras, tirando los caracoles o las cartas con un cabo de tabaco entre los dientes. Era una imagen bien folclórica, digna de ser recreada en un cuadro de Landaluce.

Decidí salir de La Habana, viajar al interior a mi tierra natal, a mi pueblo nunca olvidado, pero necesitaba un transporte, el viaje como turista era muy caro y no me dejaban viajar como un ciudadano corriente pues no tenía carné de identidad para abordar un ómnibus con un pasage que me había reservado uno de mis hijos tras tres dias de cola.   Como dije arriba tenía poco dinero y no podía rentar un auto o pagar el viaje en un transporte de turismo o en un Taxi.
La presidenta del Comité me orientó, me dijo que había una persona que me podía llevar si le ponía gasolina al carro, le pagaba el almuerzo, la comida y le daba algunos dólares que el pudiera cambiar por la nueva moneda CUC. Le dije: Habla con él y pregúntale cuanto es el monto.

La respuesta no se hizo esperar por gasolina, almuerzo y comida y 20 dólares me llevaba y pasaba el día conmigo.

Acepté y le mande a decir  que me recogiera en casa de mi hija al día siguiente a las 6 de la mañana.

Así fue que por poco al día siguiente a las seis de la mañana me da un infarto….MI CHOFER ERA MI ANTIGUO PROFESOR DE UROLOGIA .

Ante mi asombro me dijo sencillamente, " Hoy tenía que operar a un turista pero por esa operación no me pagan nada. Hoy contigo tendré algo que comer y llevar para mi casa."

Le di un abrazo, me limpie las lágrimas y le dije hoy Ud. volverá a sentirse un hombre respetado. Ud. Volverá a ser EL PROFESOR.

Miami, Mayo del 2006







viernes, 6 de marzo de 2009

MODUS OPERANDIS


Cuando el teniente Lozano llegó al apartamento de la calle Línea donde yacía el cadáver de Cisita, pudo comprobar que las manos de la anciana estaban atadas de una forma muy peculiar, era un nudo muy especial, que sólo un marino experto podría hacer. Pero lo importante no era el nudo, sino que Lozano recordó los varios casos archivados en los burós del DTI donde las víctimas habían aparecido atadas con los mismos nudos. Lozano se dijo para sí... El mismo modo operandis .........El mismo criminal ....tiene que haber dejado un rastro......y buscó y buscó en el apartamento de Cisita y nada encontró. Ninguna evidencia.

Cuando llegó a su oficina, comenzó a revisar los viejos expedientes. Un marino muerto aparecido en la carretera de Campo Florido con las manos atadas y un nudo similar, una mujer aparecida en el acantilado de Santa Cruz del Norte en la Vía Blanca con las manos atadas con el mismo nudo, un hombre muerto jamás identificado y putrefacto en Arcos de Canasí con las manos y piernas atadas con el mismo nudo, aparentemente comido de tiburones y arrastrado por la corriente desde algún punto muy probablemente Boca de Jaruco, dos camioneros repartidores de café que sobevivieron a un asalto, ambos atados con el mismo nudo.aunque el delincuente que los ató tenía el rostro cubierto, pero se podía identificar como un mulato alto y delgado, en un momento alguno de los asaltantes le grito, vámonos Bart.... y el nombre quedó truncado.

Lozano comenzó a escribir, en una libreta: Bartazar, Bartolomé, Gaston, Gaspar y envió una nota al departamento de identificación DNI; Buscar a un mulato, alto con alguno de estos nombres.

Tres dias después recibió confirmación: Bartolomé Pérez, alias Bartolo, ocupación desconocida, 1.90 metros mestizo, última dirección conocida Calle C #...Lawton.....Sentencias menores por alteración del orden, público y robo de auto......

Inmediatamente Lozano puso a trabajar a los Comités de Defensa de la Revolución....a los cuatro días tenía localizado a Bartolomé. Estaba viviendo en la calle Salud en Centro Habana. Ahora se trataba de poder interrogarlo, pero un hombre con estas características no era fácil de partir como se dice en el argot policíaco. Así pues se le tendió una trampa y una mañana en que Bartolo estaba tomando café en la esquina de Infanta y Carlos III un agente encubierto provocó una discusión con el sospechoso, hubo golpes y al final Bartolo fue detenido y conducido a la unidad de Infanta y Amenidad. Le levantaron un acta y por la noche dormía en un calabozo del DTI con cargos de alteración del orden publico, conducta antisocial, estado pre-delictivo y por vagancia.

Mientras esto sucedía Lozano había visitado a un ex compañero de prisión de Bartolo, a Guillermo, un viejo conocido que cumplía 20 años por un experimento de instrucción realizado por Lozano y donde probó su culpabilidad.

Lo único que pudo sacar de esa visita fue que Bartolo estaba advertido contra el oficial Lozano, que era un tipo duro y que tenía un hijo al cual adoraba.

La estancia de Bartolo en una celda el DTI fue tranquila, sobre todo que encontró un padrino, un policía loco, un oficial que lo habían destinado a limpiar el piso, y atender a los presos. Este oficial le suministraba cigarros a los detenidos que por cierto no pasaban de seis, les llevaba doble ración de comida y en cierta ocasión se fajó con el oficial Santa Cruz porque este último trató de golpear a un preso porque se sintió ofendido cuando el detenido trató de sobornarlo. Bartolo se identificó con el loco, por su parte un día el oficial le pidió a uno de los presos que lo ayudara a empaquetar una caja de libros que tenía que enviar para otra unidad, la tarea fue compleja y Bartolo habilmente ató la caja. Cierta tarde el oficial loco abrió la celda de Bartolo y lo llevó para la calle. Lo llevo al cine y del cine lo invitó a tomar un helado. Bartolo asombrado pudo haber escapado... pero lo detuvo ciertas palabras del oficial que le dijo:

-si no te escapas el domingo te llevo a ver a tu hijo.-

Y así fue, el domingo el loco se llevó a Bartolo a casa de hijo, el niño de cuatro años tenía un labio leporino. La madre protestó al ver a Bartolo, le dijo delincuente y otras ofensas.

Bartolo discutió con ella por no haberse ocupado de operarlo.

El policía se comprometió en resolver el problema.

Regresaron al DTI, por el camino Bartolo le contó parte de su vida al oficial, entre otras cosas le contó como de niño fue violado por su padrastro que era pescador en Boca de Jaruco y como en venganza lo amarró y lo arrojó al mar, lo había amarrado con el propio nudo que una vez le había enseñado y lo lanzó vivo al mar...

Esa noche Bartolo fue despertado en su celda y trasladado al cuarto de interrogatorio. Al entrar se encontró que la habitación, estaba llena de fotos, los muertos de Bartolo, todos amarrados, sobre la mesa la caja de libros que el había empacado para el oficial loco. Por primera vez en su vida Bartolo tembló...de pronto entro el oficial loco, su amigo... Bartolo al verlo solo pronunció estas palabras:

-Tu eres Lozano- Ya Gullermito me lo había dicho en la celda....me jodiste cabrón-

No hubo mucho que preguntar... Bartolo habló, lo contó todo, pocos dias después fue procesado y condenado a muerte por fusilamiento.


Esta historia me la contó Lozano mientras almorzábamos en una cafetería del hotel Habana Libre, la entrada al lugar era por cola o por amistad. En este caso Lozano era amigo del capitán. El almuerzo no era muy bueno, arroz amarillo, merluza y boniato hervido, pero al menos no hicimos cola. Yo almorzaba opiparamente, mientras Lozano no probó bocado, miró su reloj, y dijo:

-Siempre es doloroso enviar a un hombre al paredón, ..sabes ya al hijo de Bartolo lo operaron, quedó muy bien...

Volvió a mirar su reloj

-A esta hora el pelotón debe estar fusilando a Bartolo.....-

Y vi como una lágrima rodó por la mejilla de un verdadero hombre duro....el Teniente lozano.

sábado, 28 de febrero de 2009

YESENIA, TELENOVELA



Este no es precisamente un cuento, ni el argumento para una novela, pero ocurre que son muchas las historias que me han contado sobre el tema que voy a abordar a continuación. 

Cuando vemos las novelas mexicanas, las que habitualmente conocemos como culebrones, nos damos cuenta que todas se sustentan sobre la base de la hija perdida, muy pobre y sufrida, que además es algo tonta y que se enamora de otro tonto que siempre se deja engañar. Al final resulta ser la heredera de una gran fortuna y siempre hay un final feliz.

La vida real es un poco más desgarradora y voy a contarles el caso de Yesenia, una cubanita que como otras tantas forman parte de la generación Y.

 Yesenia, es cubana, pero pudo haber sido, peruana, boliviana, mexicana, salvadoreña, dominicana, incluso, rusa, ucraniana, rumana o albanesa, porque estos sucesos se han convertido en un hecho universal.

Y la historia es sencilla:

 Yesenia estudia en la Universidad de La Habana, estudia medicina, está en el  segundo año de la carrera. Ella vive con su padre, su madrastra, su hermana, los dos hijos de su madrastra y con la madre de la madrastra. Todos en la habitación de un antiguo y deteriorado edificio de La Habana Vieja. A esta habitación se llega por una escalera de caracol, en muy mal estado. La habitación tiene un segundo piso hecho de tablas, conocida en Cuba como barbacoa y el agua hay que subirla a cubos pués llega solamente dos dias a la semana. El baño es compartido por tres familias del mismo edificio que además no se llevan muy bien y siempre están fajados.. Los hermanos de Yesenia también estudian. Al final la educación en Cuba es gratuita y todos están becados y por tanto dormían de lunes a viernes fuera de su casa, lo que permitía cierta flexibilidad en el uso de las dos habitaciones compartidas y guardar algo para poner en la mesa el dia que se reune la familia, generalmente el sábado en la noche. Por supuesto estas reuniones siempre terminaban en una gran discusión y Yesenia acababa saliendo con el poco dinero que le daba su padre y en ocasiones su madre, al cine, o a la heladeria Copelia, de vez en cuando iba a algún club nocturno y a veces a sus 18 años terminaba durmiendo en una posada con algún compañero, de esos que no resuelven nada.. No podemos hablar de su madre, pués su situación era similar a la del padre. Casada en segundas nupcias, tenía un hijo, vivía con su suegra, con el hermano de su esposo y su mujer que a su vez tenían dos fierecillas y todo eso en una casa de dos cuartos en la barriada del Cerro, una casa antigua que se sostenía por los puntales de maderas que una vez puso el gobierno, de manera que no se derrumbara.

Yesenia tenía la esperanza de graduarse, pero estaba en segundo año y aún le faltaban cuatro para terminar la carrera. El tiempo se hacía interminable, pero además sabía que una vez terminados sus estudios, debía cumplir el servicio social en algún lugar remoto de la Isla, en condiciones difíciles, y al regresar, trabajar en el lugar que le asignaran y posiblemente vivir en el mismo lugar con la misma famila, sin ningún tipo de comodidad.

Así fue que en la Universidad conoció a Rubén un estudiante mexicano que cursaba el último año de la carrera. Se hicieron novios y cuando Rubén a los pocos meses  terminó la carrera le propuso matriminio y por supuesto viajar a Mexico con él. Yesenia no lo pensó, accedió inmediatamente aunque no estaba realmente enamorada de Rubén.

No pasaron dos meses de llegar a México y la muchacha con apenas 19 años cumplidos salió embarazada. Rubén por su parte montó una clínica en el remoto pueblo donde fueron a vivir.  Y se convirtió en único médico en 30 Kms a la redonda. Vivían en una casa llena de comodidades en las afueras del pequeño poblado, y la compartían con los padres del Dr. y una hermana soltera. Era una familia medianamente pudiente, que poseía algunas tierras y una ferretería.  Yesenia extrañaba mucho a su familia, y hasta los conflictos del barrio. Aquel lugar desconocido de México no era lo que imaginaba en Cuba, a veces le pesaba haber abandonado la miseria, sin embargo, al principio Rubén era suficientemente generoso para darle algún dinero que ella envíaba a su familia en Cuba, por supuesto Yesenia, no trabajaba y rara vez salía, si no era en compañia de su esposo, vivía aislada en la casa y siempre ante la mirada agresiva de su suegra, que la consideraba una recogida, al igual que su cuñada. Su suegro la trataba mejor pués era un fiel admirador de la Revolución Cubana y suponía que la muchacha estaba muy integrada a ese proceso, pero en la medida que ella le contaba las dificultades con que se vivía en Cuba comenzó a decirle la burguesita y la gusanita……

Yesenia al fin parió un varón, al que cuidó a tiempo completo, pués recibía muy poca ayuda de la familia de Rubén. Después del parto Yesenia cayó en una depresión postpartum, tenía miedo tener relaciones sexuales, temía quedar embarazada de nuevo. Se sentía sola, en un mundo que aún le resultaba desconocido. El Dr. Rubén que nunca se caracterizó por su ternura y sensibilidad, comenzó a beber, no venía a dormir y dejó de darle dinero para sus gastos. Una noche quizo sexo y cuando ella se negó, la golpeó y la violó.

Al dia siguiente Yesenia recogió algunas pertenencias, el dinero que tenía ahorrado que no era mucho y se fue de la casa con el niño que en ese momento tenía 10 meses de nacido. Tomó el autobús ( camión como le llaman en México) y se fué a la capital del Estado. Su idea era regresar para Cuba…buscaba un consulado cubano, un aeropuerto. No encontró ninguna de las dos cosas… y el dinero no alcanzaba para seguir viajando. Alquiló una pensión de mala muerte y comenzó a buscar trabajo. Lo consiguió en un resturante por las noches y resolvió que la dueña de la casa le cuidara al niño por supuesto pagándole. Al final del mes no tenía un centavo. Llamó un dia a Rubén para que le pasara una pensión a su hijo y este le contestó que a ella no la conocía, que abandonó su hogar y que eso no lo perdonaba, pero que le devolviera al niño que él, como padre, se haría cargo, y que si no le entregaba al niño entablaría una demanda legal para recuperarlo.. que la acusaría de secuestro y que la encontraría donde quiera que se metiera. Esa misma noche Yesenia temerosa tomó a su hijo y viajó a Veracruz donde radicaba el consulado cubano más cercano. Cuando al fin encontró el edificio, se encontraba en un estado deplorable estaba desfallecida, llevaba dos dias sin comer, sin bañarse, lo poquito que tenía lo había invertido en el viaje y en algunos alimentos para el bebé.

Después de algún tiempo de espera pudo contar su historia a un funcionario, porque el cónsul estaba reunido y no podía atenderla. Al cabo de cuatro horas al fin le dijeron que ella podía viajar a Cuba, siempre y cuando pagara el pasaje, renovara el pasaporte y pagara por el tiempo que estuvo fuera del País, pero que el niño no podía viajar sin la autorización legal de su padre que era mexicano.
A Yesenia se le derrumbó el mundo.

Si esto hubiera sido una telenovela, habría aparecido el príncipe azul, que la rescataba, la llevaba de sirvienta a la casa, se enamoraba de ella,  y entonces una prima que vivía en la casa que queria la fortuna del tonto se opondría al amor de ellos y en combinación con Rubén tratarían de destruir a la pareja, pero al final resultaria que Yesenia es nieta de un hombre rico,que es dueño de la mansión y  que una vez viajo a Cuba y tuvo una hija con la abuela de Yesenia y colorin colorado el cuento se ha acabado. Y todo el mundo feliz.

Pero la vida real es un poco más dura….Rubén, avisado por el consulado cubano, llegó a Veracruz con un abogado, le quitó el hijo a Yesenia. Ella, sin más opciones  se colocó de sirvienta, pero no hubo príncipe azul….sino mucho trabajo y humillaciones. Cuando reunió un poco de dinero tomó una decisión, cruzar la frontera y llegar a los Estados Unidos. Si regresaba a Cuba, nunca más podría salir de allá, y ver a su hijo. Así que tomó rumbo norte…entró a Estados Unidos por Nogales, se acogió a la ley de ajuste cubano, aprendió Inglés, trabajó como una burra, estudió…..y ayer cuando me contaba su historia acababa de llegar de México, donde interpuso una demanda para recuperar a su hijo. No se si obtendrá o no su custodia, pero al menos lo vió después de 10 años, estuvo con él y tiene esperanzas… no hubo en su historia, ni abuelo rico, ni principe azul, sólo esfuerzo, trabajo y voluntad, pero al final de la narración la Dra. Yesenia, se sonrió y me dijo: Al menos obtuve el divorcio y pienso casarme pronto…..no es con un americano millonario, ni siquiera es rico, no es un príncipe azul, me voy a casar con un hombre decente, un norteamericano común y coriente, que se llama Joe y es plomero.
Yesenia a comenzado a vivir de nuevo.


Esteban Martin (romares85 )

Miami, Octubre del 2008