sábado, 28 de febrero de 2009

YESENIA, TELENOVELA



Este no es precisamente un cuento, ni el argumento para una novela, pero ocurre que son muchas las historias que me han contado sobre el tema que voy a abordar a continuación. 

Cuando vemos las novelas mexicanas, las que habitualmente conocemos como culebrones, nos damos cuenta que todas se sustentan sobre la base de la hija perdida, muy pobre y sufrida, que además es algo tonta y que se enamora de otro tonto que siempre se deja engañar. Al final resulta ser la heredera de una gran fortuna y siempre hay un final feliz.

La vida real es un poco más desgarradora y voy a contarles el caso de Yesenia, una cubanita que como otras tantas forman parte de la generación Y.

 Yesenia, es cubana, pero pudo haber sido, peruana, boliviana, mexicana, salvadoreña, dominicana, incluso, rusa, ucraniana, rumana o albanesa, porque estos sucesos se han convertido en un hecho universal.

Y la historia es sencilla:

 Yesenia estudia en la Universidad de La Habana, estudia medicina, está en el  segundo año de la carrera. Ella vive con su padre, su madrastra, su hermana, los dos hijos de su madrastra y con la madre de la madrastra. Todos en la habitación de un antiguo y deteriorado edificio de La Habana Vieja. A esta habitación se llega por una escalera de caracol, en muy mal estado. La habitación tiene un segundo piso hecho de tablas, conocida en Cuba como barbacoa y el agua hay que subirla a cubos pués llega solamente dos dias a la semana. El baño es compartido por tres familias del mismo edificio que además no se llevan muy bien y siempre están fajados.. Los hermanos de Yesenia también estudian. Al final la educación en Cuba es gratuita y todos están becados y por tanto dormían de lunes a viernes fuera de su casa, lo que permitía cierta flexibilidad en el uso de las dos habitaciones compartidas y guardar algo para poner en la mesa el dia que se reune la familia, generalmente el sábado en la noche. Por supuesto estas reuniones siempre terminaban en una gran discusión y Yesenia acababa saliendo con el poco dinero que le daba su padre y en ocasiones su madre, al cine, o a la heladeria Copelia, de vez en cuando iba a algún club nocturno y a veces a sus 18 años terminaba durmiendo en una posada con algún compañero, de esos que no resuelven nada.. No podemos hablar de su madre, pués su situación era similar a la del padre. Casada en segundas nupcias, tenía un hijo, vivía con su suegra, con el hermano de su esposo y su mujer que a su vez tenían dos fierecillas y todo eso en una casa de dos cuartos en la barriada del Cerro, una casa antigua que se sostenía por los puntales de maderas que una vez puso el gobierno, de manera que no se derrumbara.

Yesenia tenía la esperanza de graduarse, pero estaba en segundo año y aún le faltaban cuatro para terminar la carrera. El tiempo se hacía interminable, pero además sabía que una vez terminados sus estudios, debía cumplir el servicio social en algún lugar remoto de la Isla, en condiciones difíciles, y al regresar, trabajar en el lugar que le asignaran y posiblemente vivir en el mismo lugar con la misma famila, sin ningún tipo de comodidad.

Así fue que en la Universidad conoció a Rubén un estudiante mexicano que cursaba el último año de la carrera. Se hicieron novios y cuando Rubén a los pocos meses  terminó la carrera le propuso matriminio y por supuesto viajar a Mexico con él. Yesenia no lo pensó, accedió inmediatamente aunque no estaba realmente enamorada de Rubén.

No pasaron dos meses de llegar a México y la muchacha con apenas 19 años cumplidos salió embarazada. Rubén por su parte montó una clínica en el remoto pueblo donde fueron a vivir.  Y se convirtió en único médico en 30 Kms a la redonda. Vivían en una casa llena de comodidades en las afueras del pequeño poblado, y la compartían con los padres del Dr. y una hermana soltera. Era una familia medianamente pudiente, que poseía algunas tierras y una ferretería.  Yesenia extrañaba mucho a su familia, y hasta los conflictos del barrio. Aquel lugar desconocido de México no era lo que imaginaba en Cuba, a veces le pesaba haber abandonado la miseria, sin embargo, al principio Rubén era suficientemente generoso para darle algún dinero que ella envíaba a su familia en Cuba, por supuesto Yesenia, no trabajaba y rara vez salía, si no era en compañia de su esposo, vivía aislada en la casa y siempre ante la mirada agresiva de su suegra, que la consideraba una recogida, al igual que su cuñada. Su suegro la trataba mejor pués era un fiel admirador de la Revolución Cubana y suponía que la muchacha estaba muy integrada a ese proceso, pero en la medida que ella le contaba las dificultades con que se vivía en Cuba comenzó a decirle la burguesita y la gusanita……

Yesenia al fin parió un varón, al que cuidó a tiempo completo, pués recibía muy poca ayuda de la familia de Rubén. Después del parto Yesenia cayó en una depresión postpartum, tenía miedo tener relaciones sexuales, temía quedar embarazada de nuevo. Se sentía sola, en un mundo que aún le resultaba desconocido. El Dr. Rubén que nunca se caracterizó por su ternura y sensibilidad, comenzó a beber, no venía a dormir y dejó de darle dinero para sus gastos. Una noche quizo sexo y cuando ella se negó, la golpeó y la violó.

Al dia siguiente Yesenia recogió algunas pertenencias, el dinero que tenía ahorrado que no era mucho y se fue de la casa con el niño que en ese momento tenía 10 meses de nacido. Tomó el autobús ( camión como le llaman en México) y se fué a la capital del Estado. Su idea era regresar para Cuba…buscaba un consulado cubano, un aeropuerto. No encontró ninguna de las dos cosas… y el dinero no alcanzaba para seguir viajando. Alquiló una pensión de mala muerte y comenzó a buscar trabajo. Lo consiguió en un resturante por las noches y resolvió que la dueña de la casa le cuidara al niño por supuesto pagándole. Al final del mes no tenía un centavo. Llamó un dia a Rubén para que le pasara una pensión a su hijo y este le contestó que a ella no la conocía, que abandonó su hogar y que eso no lo perdonaba, pero que le devolviera al niño que él, como padre, se haría cargo, y que si no le entregaba al niño entablaría una demanda legal para recuperarlo.. que la acusaría de secuestro y que la encontraría donde quiera que se metiera. Esa misma noche Yesenia temerosa tomó a su hijo y viajó a Veracruz donde radicaba el consulado cubano más cercano. Cuando al fin encontró el edificio, se encontraba en un estado deplorable estaba desfallecida, llevaba dos dias sin comer, sin bañarse, lo poquito que tenía lo había invertido en el viaje y en algunos alimentos para el bebé.

Después de algún tiempo de espera pudo contar su historia a un funcionario, porque el cónsul estaba reunido y no podía atenderla. Al cabo de cuatro horas al fin le dijeron que ella podía viajar a Cuba, siempre y cuando pagara el pasaje, renovara el pasaporte y pagara por el tiempo que estuvo fuera del País, pero que el niño no podía viajar sin la autorización legal de su padre que era mexicano.
A Yesenia se le derrumbó el mundo.

Si esto hubiera sido una telenovela, habría aparecido el príncipe azul, que la rescataba, la llevaba de sirvienta a la casa, se enamoraba de ella,  y entonces una prima que vivía en la casa que queria la fortuna del tonto se opondría al amor de ellos y en combinación con Rubén tratarían de destruir a la pareja, pero al final resultaria que Yesenia es nieta de un hombre rico,que es dueño de la mansión y  que una vez viajo a Cuba y tuvo una hija con la abuela de Yesenia y colorin colorado el cuento se ha acabado. Y todo el mundo feliz.

Pero la vida real es un poco más dura….Rubén, avisado por el consulado cubano, llegó a Veracruz con un abogado, le quitó el hijo a Yesenia. Ella, sin más opciones  se colocó de sirvienta, pero no hubo príncipe azul….sino mucho trabajo y humillaciones. Cuando reunió un poco de dinero tomó una decisión, cruzar la frontera y llegar a los Estados Unidos. Si regresaba a Cuba, nunca más podría salir de allá, y ver a su hijo. Así que tomó rumbo norte…entró a Estados Unidos por Nogales, se acogió a la ley de ajuste cubano, aprendió Inglés, trabajó como una burra, estudió…..y ayer cuando me contaba su historia acababa de llegar de México, donde interpuso una demanda para recuperar a su hijo. No se si obtendrá o no su custodia, pero al menos lo vió después de 10 años, estuvo con él y tiene esperanzas… no hubo en su historia, ni abuelo rico, ni principe azul, sólo esfuerzo, trabajo y voluntad, pero al final de la narración la Dra. Yesenia, se sonrió y me dijo: Al menos obtuve el divorcio y pienso casarme pronto…..no es con un americano millonario, ni siquiera es rico, no es un príncipe azul, me voy a casar con un hombre decente, un norteamericano común y coriente, que se llama Joe y es plomero.
Yesenia a comenzado a vivir de nuevo.


Esteban Martin (romares85 )

Miami, Octubre del 2008   

EL GUAPO DEL BARRIO



El dia 12 de Septiembre del 2008 el Presidente venezolano, Hugo Chavez Frías expulsó al embajador norteamericano en Venezuela, como parte de su solidaridad con el Gobierno de Bolivia, lo hizo con una serie de palabrotas que a mi personalmente me causó risa, como si escuchara a un comediante de medio centavo, pués, recordé que este Sr. se ha fajado con el Rey de España, con Zapatero, con el ex presidente Fox de México, con Alan García de Perú, con el Presidente Uribe de Colombia.... en fin cuando lo escuchaba me vino a la mente una anécdota de mi infancia, de mi barrio, de mi ciudad, de mi Patria, algo que ya estaba borrado de mi memoria.

En casi todos los barrios de las ciudades de Cuba siempre había un guapo de esquina, un tipo despreciable y alardoso, que gesticulaba constantemente y caminaba con tumbao, hablaba más alto que los demás, decía malas palabras, siempre tenía la razón, no asistía a la escuela, irrespetaba a todas las mujeres, nunca perdía en ningún juego, ya fuera pelota o postalitas, él tenía que ganar a las buenas o las malas, abusaba con los más pequeños, robándole descaradamente sus pertenencias, y además era informante del policía de la zona, nada un verdadero ejemplar que no faltaba en ningún barrio cubano. En este caso el barrio era Pueblo Nuevo en La Habana, y la anécdota ocurrió hace ya mucho tiempo, allá por el año 1957. El guapo del barrio era exactamente como lo describí anteriormente, tenía en aquel entonces unos 15 años y era blanco fornido, de ojos azules y pelo bien ensortijado, ( pasúo ) en fin lo que los cubanos llamamos un capirro o javao. Y así mismo le decían en el barrio EL JAVAO, pués su nombre verdadero nunca lo conocí, pero todos en la esquina o en el parque se erizaban cuando llegaba el buscaproblemas de EL JAVAO.

Tenía yo por aquel entonces unos 11 años y estaba en el sexto grado de una escuela pública, llegó un dia un alumno nuevo, un chinito de apenas 4 pies de estatura y 50 libras de peso, todo un enclenque. El Chino como le deciamos en el aula, era buen compañero, prestaba las gomas, los lápices, y ayudaba en las tareas porque era bien inteligente, pero sin alarde, muy callado, no jugaba en el recreo y practicamente no tenía amigos. Las veces que lo vi reir a carcajada era cuando lo rodeabamos y le pediamos que nos enseñara chino. Entonces decia palabras y frases que nosotros no podiamos repetir.

El Chino hablaba perfecto español, porque había nacido en Cuba, sus padres emigraron de China cuando llegó el comunismo a ese País asiatico, y después de trabajar muy duro compraron una bodeguita en el barrio y allí vivían humildemente. El Chino tenía la costumbre de sentarse bajo un árbol de flanboyan al salir de clases en las tarde y comer algunas frutas, solo y tranquilamente, muchas veces si te sentabas a su lado a conversar sobre algun tema que le resultara interesante compartía sus frutas contigo. Si no te invitaba, era que tu compañia le aburría. Bien que era extraño el chinito.

Un sábado, como casi todos los sábados me fui al parque a jugar pelota, tenía yo un guante viejo que un año atrás me habían regalado por el dia reyes. Todo estaba bien hasta que llegó el Javao, inmediatamente le dijo al capitán del equipo donde yo estaba jugando que sentara a uno, que él iba a jugar, y el afortunado fui yo, me sentaron y pusieron al Javao, pero éste me pidió el guante y le dije que no... entonces avanzó sobre mi a arrebatarmelo nos fajamos. El Javao tenía como un pie mas que yo de estatura y me superaba en 10 o 15 libras Al fin me arrebató el guante sacó la navaja que siempre portaba (sevillana le llamabamos en Cuba) y me rajó el guante, yo agarré dos piedras y en eso llegó el policia batistiano, sonando el tolete (palo ), rapidamente el Javao me señaló y le dijo al fiana ( policía)....

-Ese está buscando bronca...-

Y Bola de Churre que así le llamabamos en el barrio al representante de la ley, me fue para arriba. Corrí hasta mi casa y llegué con un rasponazo en la rodilla, la ropa ripiada, un labio partido y un ojo morado y por supuesto sin el guante.

Pasaron los dias y no ví más al Javao, aunque siempre andaba precavido... una tarde al salir de la escuela lo ví, agarré dos piedras del piso, los compañeros de aula se separararon de mi, pero no... ¡sorpresa!.... esta vez el Javao se acercó al Chino que tranquilamente pelaba una naranja con los dedos.

Enseguida el Javao fue rodeado de guatacones que querían divertirse con el alarde del guapo del barrio a costa del infeliz chinito

.-Dame la naranja le dijo el Javao al Chino ---

El chinito sentado en el piso no lo miro siguió pelando la naranja...

--¡ Ah !...¿pero que le pasa a este ?.... gritó, agitando los brazos y dando vueltas sobre si mismo... ¡ este chama está sordo--- gritó de nuevo para que todos lo escucharan, en ese momento habían más de 30 muchachos reunidos.

Y le fue para arriba al Chino a arrebatarle la naranja, pero no se como aquella cosita de 50 libras y 4 pies de altura se escabulló y de un salto se puso de pie. En aquella época nadie en Cuba hablaba de artes marciales ni karate. El Javao fue a dar contra el tronco del árbol y cayó sentado, sorprendido se incorporó y sacó la sevillana. Se avalanzó sobre el chinito, lanzando un navajazo sobre el niño, pero para asombro de todos, el Chino esquivó el golpe y le soltó una buena patada en la boca al Javao que fue al piso con dos dientes rotos. El Chino lentamente llenó la naranja de tierra y se la introdujo en la boca al guapo del barrio, luego ante nuestros ojos atónitos agarró la sevillana y le cortó un pedacito de oreja al Javao que gritaba y trataba de escapar en cuatro patas como un cerdo. Por último con sadismo asiatico, el Chino le corto con la navaja una nalga y luego lanzó el arma al aire y dijo muy bajito:

-Que la agarre al que le haga falta -

Despacio, muy despacio, con esa paciencia china aquel niñito de 11 años, tomó su maleta y se fue a casa.

Y el Javao desde aquel dia, dejó de ser en el barrio el guapo de la esquina, EL JAVAO, que hacia temblar a los muchachos, se convirtió para todos en el Muengo... pero para muchos, sobre todo para las muchachitas que presenciaron la escena ese dia en el parque se convirtio en el CULICORTAO....

Y esa anécdota ya olvidada, me vino a la mente cuando escuché anoche al guapo de Venezuela, al guapo de Miraflores, a uno que no le dicen El Javao como en Cuba, sino el zambo de Barinas.

Miami, Septiembre 12 del 2008

Esteban Martin

(romares85)

LA TIA RICA




Conocí aquí en Miami a Pedro. Pedro es un joven de 33 años, muy trabajador, es mecánico de profesión y además en las noches y madrugadas maneja un grúa.
¿ como puedes resistir tanto trabajo ?… le pregunté un día mientras él afinaba mi carro.
-Sencilo tengo que reunir dinero para traer la familia de Cuba, y eso me da fuerzas. Y Pedro me contó su historia:
Eran los primeros años del período especial en Cuba, tras la caída del bloque socialista. Era la época en que las personas criaban puercos en la bañadera de su casa, pollos en las habitaciones y sembraban plátanos en las azoteas de los edificios. Había que cocinar con leña y los pocos muebles con que se contaba había que sacrificarlos para usar la madera como combustible. Era la época en que los CDR distribuían ticket a las familias mas combativas de la cuadra, para comprar un hamburguer( llamados por el pueblo MC. CASTRO )
Pedro por aquel entonces cometió un delito muy grave… compró tres libras de carne de res en la bolsa negra. Tuvo la mala suerte que el asesino de la vaca que además era el propietario del animal, fue capturado, junto al distribuidor y ambos hablaron….y así Pedro fue a cumplir dos años de cárcel, por comprar carne de contrabando. Pero tuvo suerte, sólo cumplió 18 meses y salió por buena conducta y alto rendimiento en las labores agrícolas que le eran asignadas a los presos, como parte de su reeducación.
Durante el tiempo que estuvo en la cárcel su esposa lo visitaba con periodicidad y le llevaba cigarrillos, leche condensada y algunas latas de salchichas y carne. Pedro, comenzó a preocuparse….todos lo dias le dolía la cabeza y pensaba que le estaban saliendo cuernos.
Pero su esposa le explicó, para su tranquilidad.- Es Panchita, la vecina…
-Ella tiene una tia rica en la Yuma( Estados Unidos ) que todos los meses le envía dinero. Imagínate, que ha comprado televisor a colores, refrigerador nuevo, lavadora, cambió la bañdera y remodeló la cocina, puso aire acondicionado en los dos cuartos,… y además, no te imaginas la ropa que viste… El marido tiene hasta un reloj Rolex, igualito al que usan los mayimbes ( dirigentes políticos ).
Pedro quedó más tranquilo y se le quitó el dolor de cabeza.- ¿Y no tiene problemas con el Comité ?- preguntó
No, ella toca a todo el mundo y además, tu sabes que está muy integrada.. Ay Pedro que bien se porta con nosotros, imagínate que hasta un poquito de leche nos regala todos los días para el niño..Panchita es un amor.. que suerte es tener una vecina así.
-Que suerte tener una tia rica en la Yuma, dijo Pedro.
Cuando Pedro salió de prisión había perdido su trabajo, era mal mirado por sus vecinos, pero Panchita seguía siendo fiel, aunque alardeaba de tener una tia rica en la Yuma. Claro eso la convertía en una persona importante en la época del período especial.
Pedro, no lo pensó mucho y un dia se lanzó al mar… su odisea en la balsa es tema para otro relato, pués él, no quería hablar de eso en este momento.
Intercambió cartas con su esposa y le contó que la vida en Miami, es dura, que hay que pagar hasta la sonrisa, pero que estaba feliz, porque era libre, tenía dos trabajos y que pronto se reunirían.
Ella le contestó que Panchita le dijo que fuera a ver a su tia rica, que tal vez pudiera ayudarlo, con un buen trabajo, como ella tenía negocios….envió la dirección.
Pedro llegó a Opaloca, al norte de Miami, atardecía, le sorprendió el barrio donde vivía la tia rica de Panchita que se llamaba Dolores.
Tocó a la puerta de una pequeña casita pintada de azul. La Sra. que abrió la puerta, era una cubana negra, toda vestida de blanco y evidentemente santera, le indicó que Dolores vivía al fondo, en el efficency.
Pedro dió la vuelta y conoció a Dolores. LA TIA RICA. No tenía televisión, ni refrigerador, ni lavadora, ni aire acondicionado, estaba sucia y mal vestida, sin dientes y lo peor tenía más de 78 años.
Dolores muy atenta le contó que ella estaba retirada, pero como no le alcanzaba para ayudar a su familia en Cuba, limpiaba casas, recogía latas de refrescos vacía y cocía para algunas personas. Todo para reunir dinero y enviarselo a Panchita que era como su hija, porque la pobre estaba tan mal en Cuba, que si ella no le enviaba dinero se iba a morir de hambre. Me enseño las últimas cartas de Panchita. Pedro se llenó de indignación, le pedía en esas misivas hasta bloomers de marca y tennis Nike.
Pedro le escribió a su esposa que no aceptara mas nada de Panchita, desde entonces comenzó a cuidar de la viejita , hasta que la ingresó en un Home, cuando comenzó a tener altzaimer.
Hace poco recibió una carta de Panchita donde le decía.
Hace tiempo que no se de tia Dolores…no se que le ha ocurrido, te ruego la visites, y si murió, averigua si me dejó la herencia. Tendrás tu comisión.
Hasta la Victoria Siempre,
Tu vecina
Panchita.


Esteban Martin
Miami, Mayo del 2008


Nota: la imagen es tomada del personaje Chuncha del caricaturista cubano Gaspar González Días
¡ Alabaooo...!

CONSEJO DE GUERRA



Transcurrían los primeros meses del año 1962, todavía existían grupos de cotra-ghrevolucionarios alzados en distintos lugares de la isla de Cuba, por aquél entonces se le llamaban alzados o simplemente bandidos. Pasaron algunos años, para que me contaran que eran patriotas, aunque nunca he podido justificar los asesinatos de Conrado Benítez y Manuel Azcunce......pero en esos años la mayoría de los jóvenes con edades entre 13 y 17 años, veíamos a los barbudos rebeldes como héroes indiscutibles de una Revolución humanista. No sabíamos quién era Marx, o Lenin, o que era el comunismo, pero confiabamos plenamente en Fidel y en su Revolución.

Yo pertenecía a un pelotón de milicianos destacado en un lugar intrincado y que tenía como misión cuidar un tanque de agua que abastecía varios poblados campesinos. Nuestro campamento estaba en un gallinero abandonado adyacente a la casa de un campesino llamado Arsenio. Arsenio era de esos guajiros recios y mandones, con machete y revolver 45 a la cintura y un fusil R-2 en la montura del caballo. El primer dia que llegamos nos reunió y nos dijo con voz grave y con un tabaco humeante entre los dientes:

-Miren en esta casa hay tres mujeres, mi mujer y dos hijas, y al que coja mirando a mi mujer lo mato.....y al que coja enamorando a una de mis hijas lo caso.....¿está claro?-

Dijo estas palabras mirando fijamente al jefe del pelotón, que asintió con un gesto y que después añadió:

  • -No quiero ver a nadie en casa del compañero, y si veo a alguien le hago consejo de guerra.-

En aquéllos días yo tenía una pequeña herida en un pie, que no me permitía usar la bota derecha, nunca supe si la herida me la hizo un proyectil disparado por algún alzado en un breve intercabio de disparos o me la hice saltando una cerca de púas, tratando de esconderme de las balas. En todo caso no tenía importancia, porque en Cuba no condecoraban por tal bobería, ni tampoco te daban un pase para visitar a tus familiares.

En estas condiciones me quedaba en el campamento como ayudante del cocinero. Fue así que un dia vi a una de las hijas de Arsenio. Era una trigueña bellisma, de esas que no tienen desperdicio. Pelo negro a la cintura, y unos ojos verdes que impresionaban cuando te miraban con la coquetería de quién quiere y no puede. Quedé fascinado y pensé :-si esta es así, ¿como será la otra ?

La muchacha cuyo nombre no conocía se dejaba ver con frecuencia y un día no pude más y tratando de entablar una coversación le pregunté por su hermana.

 -Somos jimaguas -me dijo- Pero ella está un poquitico enferma, por eso no la has visto- y además, le tiene miedo a papá-¿ y tu no le tienes miedo ?- pregunté

 -Yo soy más guapa- respondió con una sonrisa -y además al final lo más que puede pasar es que me tenga que casar y así salgo de aquí de este monte. -

Quedé impresionado y me dije: - pués al final si ese es el castigo vale la pena correr el riesgo.-

Pasaron los días, mi pie se curó, pero yo seguía cojeando con tal de estar cerca de Margarita, que así se llamaba la hermosa guajirita, ya en la oscuridad de la noche, nos habíamos tomado de la mano y hasta un besito infantil nos dimos. No tenía dudas estaba enamorado. Ella me contó sobre su hermana, había nacido con retraso mental, boba, como le llamabamos en Cuba y por eso su padre la cuidaba mucho más, para que nadie se aprovechara.

Una de esas interminables noches campesinas, donde la luna brilla por su ausencia, Arsenio nos invitó al cocinero y a mi, a su casa, nos sentamos en el portal, Todo estaba oscuro, muy oscuro, Margarita estaba sentada a mi lado, Arsenio y su esposa de frente mientras que  Pedro el cocinero se acomodó en el piso del portal.Arsenio hacía cuentos de fantasmas y Pedro de su barrio en La Habana. Los mosquitos zumbaban, pero no me importaba, estaba allí ,cerca de mi preciosa guajirita. Ella se levanto un momento, me dijo:  

 --regreso enseguida, voy a buscar una cosa para jugar a las  prendas-

Pasado unos minutos regresó, algo tambaleante, no la veía pero sentía su aroma a hierba húmeda del campo en primavera... y se sentó a mi lado.  Sentí su mano que corría por mis muslos desafiando el peligro. Me emocioné.. Mi fusil se puso en guardia, ella agarró el cañón y lo zarandeó. PERO ...¡ SORPRESA !..en ese momento entró Margarita al portal con un quinqué en la mano y que alumbró el portal. Me quedé paralizado, a mi lado quién estaba jugando a la guerra era la hermana de Margarita, a quién la baba le corría por la boca. Arsenio encendió una linterna y me alumbró, se puso de pie llevo su mano al 45 que portaba en la cintura y gritó:

-Mañana mismo se casan carajo- gritó

No escuché más, corrí , corrí y corrí por aquellos montes, tomé camiones, autos y guaguas y llegué al Quinto Distrito Militar en La Habana .

 -Y esa es mi historia capitán,  y por eso estoy frente a este tribunal, en este consejo de guerra.- ¡Me pusieron una trampa !- grité

El presidente del tribunal, saco un pañuelo verde olivo  del bolsillo, los otros tres oficiales que componían el tribunal, también, se taparon la boca, no podían aguantar la risa...al fin se controlaron y  entonces muy serio me dijo el Capitán que presidía el tribunal:

 -Ud. merece la pena de muerte por fusilamiento. Nosotros no permitímos la deserción bajo las leyes revolucionarias...Desertar es un acto de cobardía y correr mucho más

Palidecí.......

 -Pero...en este caso se ha comprobado que ud. tiene atenuantes.....

Por eso la sanción fue ridícula, guardia vieja, agricultura y una escuela militar.

Por eso hoy once años después estoy haciendo el cuento del dia que por correr me celebraron un CONSEJO DE GUERRA.

Esteban Martin

La Habana, 1973

ANGELITO



Ocurrió que un delincuente armado entró a robar en casa del Compañero Juan, tal vez pensaba que el Compañero poseía muchas cosas de las cuales él y su familia carecían y que no podían adquirir en el mercado, lo cierto es que Juan viajaba tres veces al año y hacía ciertos alardes de la pacotilla que compraba y de los avances tecnológicos del mundo capitalista, que tanto despreciaba.
El delincuente fue sorprendido con las manos en la masa y se produjo un intercambio de disparos entre los dos. Juan fue levemente herido y el ladrón logró escapar. En su huída perdió el carnet de identidad, motivo por lo cuál fue rapidamente identificado y se produjo un operativo policial que condujo a su localización en casa de la novia, en La Habana Vieja.
Al verse descubierto el prófugo se atrincheró en la azotea del edificio entre dos tanques de agua.
Subió con valentía un oficial, sonó un disparo y el Teniente Caiñas cayó herido. La azotea solo tenía una vía de acceso, los vecinos asustados permanecían en sus apartamentos, si es que a los cuartos semi destruidos y apuntalados se le podía llamar así, Otros agentes dispararon a ciegas, pero sólo lograron agujerear los tanques de agua, motivo por el que años después de este incidente los vecinos seguían subiendo el agua en cubos escalando la vieja escalera de caracol que recorría los cinco pisos del viejo edificio.
Trancurrió mas de media hora y la cuadra era rodeada por más personas que policias. Las personas clamaban ¡ paredón, paredón..!
Fue entonces que el Capitan Lezcano, tan inteligente como siempre dio una orden: - Traígan a ANGELITO…rápido –
Me quedé asombrado, por ese entonces yo hacía un reportaje, que nunca se publicó. Pensé entonces: - ¿ Quién será angelito ?..¿ Acaso tendremos un Superman cubano ?
En breve tiempo llegó un agente con su perro Era aquel perro al que llamaban Angelito. A Angelito, le dieron a oler un calzoncillo del delincuente que encontraron en casa de su novia. No se si estaba limpio o sucio, lo cierto es que el perro se resistió al principio a olfatear aquella prenda tan íntima, pero después se resignó y la olisqueó; al fin era su trabajo y si no lo hacía no comía. En Cuba “el que no trabaja no come”, era la consigna de moda y el perro parece que la conocía perfectamente.
El Teniente Lozano grito entonces:
- Pepe te conocemos, ríndete…no tienes escape…-
Me impresionó la respuesta de Pepe, que así le decían al paria.
-Aquí hay un hombre coño..si tienen cojones vengan a buscarme….
Lozano miró al guía del perro y le dijo:
- dale……-
Este le quitó el bozal al animal y le quitó la cadena. Angelito comenzó a subir lentamente la escalera, como si temiera caerse . Pasaron unos minutos, silencio absoluto y de pronto: unos gritos primero, alaridos después, llanto, quejidos y malas palabras irrepetibles.
Subimos todos y encontramos al hombre retorciendose de dolor mientras Angelito apretaba con furia sus genitales, casi me desmayo.
Pasaron los dias y continuaba con mi reportaje, ocurrió un asalto a una casa en Cojimar,al este de La Habana, y aclaro que en Cuba aunque no se publique en la prensa, hay robos, violaciones y asesinatos como en casi todos lo países del mundo.
Cuando llegamos al lugar del suceso nos enteramos que un individuo armado con un machete había cometido el delito y que huyó corriendo, algo muy normal, porque los delincuentes que tienen auto, roban otras cosas y no casas.
Se aprovechó que el hombre se cortó y razgó el pantalón en la huída y rapidamente pusieron a trabajar a Angelito que estaba de guardia ese dia.
Angelito descanzaba con su bozal puesto, amarrado a la sombra de un árbol y retozaba con unos niños que salían de la escuela en ese momento.
Le dieron a oler el retazo de tela, Angelito olfateó el aire, dio una vueltas y salió disparado calle abajo seguido por su guía que trataba de sujetarlo. Corrimos todos como tres cuadras.
-pobre hombre pensaba yo compadeciendome del ladrón…si este perro lo encuentra, lo capa.-
Angelito se detuvo frenta a una humilde casa, las pistolas brillaron a la luz del sol.
De la casa salió una viejita con las manos en alto. Fue tratada con mucho respeto, fue llevada a casa de un vecino. No hay nadie en casa dijo ella y era verdad. Las miradas se dirigieron a un patio cercado.
Lozano gritó:
- rindete cabrón que estas rodeado…-
Silencio absoluto
- Suelta a Angelito-- le dijo al guía
Este obedeció con una sonrisa malévola
Esta vez el perro corrió hacia su objetivo, saltó la cerca…..
Uno dos tres minutos, silencio absoluto
De pronto se escucharon gritos, no parecían humanos, sentí un escalofrio por todo el cuerpo. Y pensé:

-Lo Capó -
Todos corrimos y saltamos la cerca.
Y AY DE LO QUE ENCONTRAMOS…..
Angelito había montado a una perrita maltes, mucho más pequeña y ahora la arrastraba con su enorme cuerpo por todo el patio, tratando de desprenderse de ella.
Ese dia Angelito tuvo su recompensa y la maltes después del mal rato, fue feliz, porque tuvo un amante que era todo un héroe de la policia

Esteban Martin

La Habana, Cuba, 1979

P.D. Años después me enteré que el Compañero Juan, se recupero siguió en su trabajo, pero cometió algunos errores y había sido castigado y enviado a trabajar a la agricultura por tiempo indefinido.

Pepe, no se si quedó castrado, pero en 1980 lo enviaron junto a otros convictos a Estados unidos desde el Mariel, en una lancha que conducía familias decentes.

EL CABALLO ARGENTINO



Era yo un estudiante de Ingeniería Pecuaria y no se si esa carrera existe en otra Universidad  del Mundo , o es uno de esos tantos inventos cubanos, como la fábrica de candados, o la desecación de la Ciénaga de Zapata, o la importación de una barredora de nieve, o sencillamente el invento de raspar a las vacas para que dieran mas leche.  Sencillamente no lo sé. Pero lo cierto es que en el transcurso de nuestro curso introductorio nos llevaron a una fábrica de caballos Pura Sangre, o mejor mas cientificamente, a un centro de  reproducción equina, que dirijía el Comadante en Jefe ( bueno  ¿ que no dirije él ?). Este centro se encontraba en Oriente, exactamente en Jiguaní.

Allí aprendí que los caballos son mazoquistas. a la hora de hacer el amor. Resulta que ponen dos o tres hembras  amarradas a un tronco y sacan al macho del establo. El animal me imagino que por el olfato detecta cual de ellas está en celo e intenta montarla. Pero sorpresa : Cuando el alazán se disponía a acercarse a la Yegua  lo retiraron, no sin antes pasar mucho trabajo para dominar al animal. Fue entonces que el jefe de la cuadrilla de obreros gritó:

Traigan al caballo argentino.

Sorprendido pregunté :

¿Es que acaso hay un caballo mejor que el alazan ?

Y el hombre que estaba a mi lado respondió riéndose:

Por supuesto es el mejor, un semental traído de Argentina.

Fue entonces que de uno de los establos entró el mamporrero, con un penco, flaco y lleno de moretones, con lagunas de pelo en su cuerpo. el pobre caballo pedía permiso a una pata para levantar la otra.

Ahora sí  cuando detectó la yegua en celo, lo que restaba del otrora penquito criollo salió a flote y el animalito se encabritó y partió hacia la yegua.

Nunca había visto una pateadura igual. Cada vez que el animal se acercaba recibía todo tipo de golpes.

Me explicaron entonces que en el ritual amoroso de los equinos, la hembra patea al macho y este tiene que doblegarla, hasta que ella se deje montar. Pero como el alazán era un PURA SANGRE muy costoso, para que no sufriera daños, se colocaba al caballito de marras, para que recibiera los golpes y cuando ya todo estuviera listo, se le quitaba y se traía al fogozo corcel para que montara la hermosa yegua. Sencillo.

Cuando al fin el pobre caballo argentino se dispuso a montar...zasss... de un tirón lo retiraron y tomó posesión el Pura Sangre. Pobre animal, se babebaba y se retorcía, pero no montó.

Pasó el tiempo, estaba yo en una fiesta de fin de año, de esas que se daban en la Universidad para celebrar un nuevo aniversario de la Revolución..maravilloso, estaba allí, la mujer de mi vida, al menos hasta ese momento, porque hacía más de un año que intentaba conquistarla sin resultado alguno. Pero esa noche mi suerte cambió. Ella se veía algo ansiosa, miraba el reloj constantemente y aceptaba mis requerimientos, bebió y bailó conmigo, hasta llegamos a besarnos, y fue entonces que se escuchó por encima de la música el sonido de un claxon que sonaba sin cesar.
Tanto ella como yo miramos el reloj…alguién vino a avisarle que la buscaban afuera. Ella se despidió de inmediato y se marchó hacia la puerta, yo la seguí rapidamente…me quedé en el umbral, ella se acercó a un auto Alfa Romeo, junto al auto un hombre maduro con un Rolex en la muñeca que brillaba en la oscuridad, en el bolsillo derecho seis bolígrafos y en el izquierdo, cuatro grandes tabacos, ella se montó en el auto sin mirar atrás, el no le  abrió la puerta sólo le dijo,- estaba en una reunión -, se puso al volante, su pelo blanco me indicó que era uno de los poseedores de las tres C, o sea  CASA, CARRO y CANAS. Se perdieron en la oscuridad de la noche y yo me quedé boquiabierto en la puerta, pensando que me había convertido en todo... ¡ un caballo argentino ! .

Esteban Martin

lLA Habana, Cuba

1969 

MUÑANGA



Habían trasncurrido los dias festivos del mes de Julio, de 1970. Los diez millones no se cumplieron, pero al menos Fidel autorizó la venta de bebidas alcohólicas, para las festividades del 26. En Cuba en los meses preliminares a la Zafra de los Diez Millones,  se habían cerrado todos los clubs nocturnos y se había prohibido todo expendio de cerveza y otros licores hasta en los hoteles y restaurantes. Mucho menos en las bodegas.

Por aquel entonces trabajaba yo en la Termoeléctrica del Mariel,  como Ingeniero en el departamento de mantenimiento

Un dia el Secretario Ideológico del Núcleo, se apareció en mi oficina para presentarme al Compañero Murnanga. Lo presentó como un héroe de la zafra, un compañero del Partido y un futuro cuadro de la Revolución. Un hombre que había que entrenarlo rapidamente para darle un cargo de dirección dentro de la empresa. Llevé a Murnanga por los distintos departamentos y lo presenté al resto de los trabajadores que rapidamente lo apodaron MUÑANGA, porque decían que su apellido era difícil de recordar.

Muñanga era un negro grande y fuerte, 6-2 de estatura y al menos 240 libras, que era bastante para haber cortado caña y vivir en Cuba, donde la comida está racionada.

Comenzó el futuro cuadro político a trabajar en el departamento de calderas, y,  cuando habían transcurrido seis dias me había dado cuenta que el negrón era más bruto que la mula de mi tio Antonio.

Pero las ordenes no se discuten y había que trabajar con el compañero y tener paciencia.

Producto de las fiestas y la cerveza o el ron ( cuando aquello aún no era chispa de tren, ni gualfarina) Cabrerita uno de los mas conflictivos trabajadores que nunca se ganaba la emulación, rompio en medio de una borrachera una tuberia de agua y la sala de calderas comenzó a inundarse.

Rapidamente me llamaron y a través del radio localice al trabajador de mantenimniento mas cercano.

Dígole: Muñanga esto es urgente, repito es una urgencia, corre a calderas y pon la bomba de achique en servicio. ¿comprendido ?

Comprendido compañero técnico,- respondió, el héroe de la zafra de los diez millones

Respiré tranquilo, todo estaba bajo control. Agarré mi casco y salí calmadamente a inspeccionar la avería.

Pero que sorpresa, cuando llegue al cuarto de Calderas. Había más de cuatro pies de agua y Muñanga como un héroe que era. ayudaba a los trabajadores a evacuar la sala.

Lleno de ira le pregunté al Negrón.:  Muñanga , ¿por qué no has encendido la bomba de achique ?

Con los ojos bien abiertos y yo diría que hasta un poco asustado, el futuro cuadro del Partido me respondió :

Mire tecnico, yo hice lo que ud. me dijo......

Te dije que la pusieras en servicio Muñanga....grité indignado.

Y allí la puse técnico, la arranqué de aquí y la lleve pal inodoro. Allá está esperando por usté.

Esteban J Martin

Miami 2006 

viernes, 27 de febrero de 2009

EL HIJO DE OBATALA


Esta historia me la contaron hace mucho tiempo, resulta que en uno de mis trabajos periodísticos visité un caserio cercano a Trinidad, en Cuba y allí conocí a un babalawo muy milagroso, todos decían que era hijo de Obatalá. El vivía en el monte, en un bohío, y evitaba la luz del sol. Hasta allí fui a conocerlo. Era blanco muy blanco con ojos azules. Era albino ( enfermedad congénita de la piel). Mateo, que así se llamaba este babalawo fue muy atento conmigo y en su casa tenía un altar dedicado a Obatalá, ( Virgen de la Merced en el catolisismo) Obatalá es el Dios de la pureza y la moral en la religión Yoruba. Tenía Mateo también imágenes de numerosos santos católicos y la foto de un cura colgada en la pared. Mateo me dijo que ese cura lo crió como a un hijo. . El hombre que me llevó a conocerlo me contó la historia de Mateo, me dijo, que él solo la conocía porque su madre de nombre Tomasa se la contó y así me la contó él:

Maria Dolores, comadrona de oficio y santera de profesión se había acostado tarde, sentía miedo, el sudor le corría por su cuerpo.

Le había rezado a Shangó, había invocado a Obatalá, porque ella era hija de Obatalá, y a pesar del intenso frio que hacía ese 28 de Febrero de 1944 en el poblado de Banaguises, Provincia de Matanzas en Cuba., sudaba, y sudaba y temblaba sin saber por qué, ella nunca sintió miedo ante el lenguaje de Shangó, Dios del trueno y la guerra, pero esta vez se estremecía cada vez que los truenos retumbaban en la humilde casita donde vivía, solamente acompañada de sus santos y de sus recuerdos.

No era normal que un dia de intenso frio lloviera y tronara, no,… eran mensajes de sus orichas, mensajes que ella a pesar de su experiencia no llegaba a interpretar.

Cuatro golpes en la puerta la hicieron levantarse con agilidad de la cama a pesar de sus 66 años, abrió y vió al negro Carmelo, iluminado por la luz de un rayo y parado en el umbral de la puerta parecía una aparición macabra, empapado , sin capa y sin abrigo. Negro, negro retinto. Carmelo Rodríguez uno de sus ahijados y tenía fama de ser un hombre bravo cuya verdadera historia solo ella conocía por ser su madrina espiritual.

Porque Carmelo no había nacido en la zona, ..no..., Carmelo era habanero, un negro habanero que había sido estibador en el muelle de Caballería en el Puerto de La Habana, en la época en que las plazas de estibadores solo se le vendían a los blancos y estos contrataban a los negros para cargar azúcar y descargar granos y le pagaban a cinco centavos la hora. Y fue allí en el muelle cuando el capataz Jovito quizo botar al negro Jaramillo porque al encontrarse enfermo ese dia no pudo cargar los sacos de azúcar y cuando Jaramillo en el suelo le pidió clemencia, el capataz Jovito lo pateó en el suelo, y fue entonces que Carmelo saltó y le dijo a Jovito:

  • Déjalo tranquilo, yo hago su trabajo.. y tu le pagas a él.-

Jovito se rió de Carmelo… y eso no lo puede permitir un abakuá, un ñañigo..

No hubo palabras de por medio. Con la mano abierta, para ofender, el negro Carmelo golpeó una sola vez, como se golpea a una puta o a un cobarde, y el capataz cayo de rodillas por el impacto.

Jovito, con el labio roto, sangrando se puso de pie, miró a su alrededor y vió todo un grupo de hombres serios, muy serios, semidesnudos y sudorosos, negros en su casi totalidad, porque habían dos o tres blancos, que eran galleguitos jóvenes, "sobrín", como le llamaban los españoles a los sobrinos traídos de España para explotarlos en la Isla.

Todos esperaban el desenlace, ..si Jovito, el capataz, no actuaba rápido, jamás , nunca más, podría mandar a uno de esos hombres.

Jovito lo comprendió rápido, e intentó extraer el revolver 45 que siempre portaba en la cintura. Su mano se desplazó hasta la culata del arma, pero ya no sintió nada mas. Cayó desplomado. El cuchillo de Carmelo había penetrado en su pecho. Seis filosas pulgadas de las doce que medía el acero cortaron la carne, las costillas y el corazón del capataz.

Carmelo, ayudado por sus hermanos abakuás, logró escapar de la justicia y se refugió en la ciudad de Cárdenas, a 177 Km de La Habana, allí comenzó rapidamente a trabajar en el puerto.

Y trabajó por un año hasta que fue identificado por un marino mercante perteneciente a la flota de cabotaje y otra vez tuvo que huir, pero esta vez sus amigos de la hermandad lo llevaron lejos del mar, a un pequeño poblado cercano a un ingenio, lo llevaron a Banaguises y lo pusieron en manos de Ortelio, que era babalawo y esposo de la Maria Dolores, mas conocida por Ma Dolores comadrona de oficio, y que una vez viuda, fue ungida por los orichas para continuar la labor de su esposo.

Así Carmelo comenzó a trabajar en el Central Azucarero, primero cortador de caña, luego carretero, después en el tanden . Allí en el Batey conoció a Jacinta, negra descendiente de la dotación de esclavos del ingenio.

Jacinta era dulce, cariñosa, aunque algo fea de cara, se caracterizaba por su buen corazón y por su grandes glúteos . Además era una gran bailadora y casi siempre servía de caballo a los espíritus cuando estos eran invocados en las festividades religiosas.

Con Jacinta, Carmelo tuvo tres hijos y estaba esperando el cuarto.

Fue en esta época y trabajando ya en el ingenio que Carmelo conoció de las actividades sindicalistas de Aracelio Iglesias y del trabajo que realizaba en los muelles por la redención de los trabajadores portuarios y supo de Jesús Menéndez y de la fundación de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros. ( FENETA). Fue entonces que Carmelo se convirtió en un apasionado de las actividades sindicales y de las reivindicaciones obreras. Tuvo enfrentamientos con la Guardia Rural, su nombre fue conocido en la zona y además de santero y abakuá, fue un miembro activo en el Central Alava del Partido Socialista Popular.

Y… bajo una tormenta de rayos y copiosa lluvia, temblando de frío, llegaron Carmelo y Ma Dolores, uno a caballo, y la otra en mula a la casita de madera techada en guano que servía de hogar a Carmelo y Jacinta,..y… eran ya las dos de la madrugada del 29 de Febrero de 1944.

A Jacinta se le adelantó el parto, no podía parir, el niño venía “atravesao” como dicen las comadronas expertas. Y Ma Dolores lo era, le bastaron pocos minutos para extraer la criatura, los gritos de dolor de la parturienta cesaron. Pero… sorpresa el niño no lloró,

El niño, se rió, con una carcajada fuerte que inundó el pequeño recinto.

Ma Dolores lo limpio y se persignó, se lo mostró con rostro muy serio a su madre. Tomasa, la vecina se acerco y no pudo aguantar un grito de sorpresa.

  • ¡AY Dios mio !, …ten piedad y misericordia…….

Jacinta al ver al niño rompio en sollozos.

Carmelo en la salita del bohío entró apresuradamente al cuarto y miró al niño, solo una vez, aún mojado por la lluvia y sin decir palabras, sacó el machete y de un golpe cercenó la cabeza de su mujer. Fue todo rápido, se viró hacia el recien nacido que había sido depositado en una cesta de mimbre, alzó el brazo y sin titubiar lo descargó con furia sobre el lugar, pero no impactó al pequeño, porque Ma Dolores se había avalanzado sobre la cesta para protegerlo.

El impacto del machete rajó a Ma Dolores desde el hombro hasta la cintura y su sangre envolvio al niño que de esa forma quedaba bautizado con la sangre de una hija de Obatalá.

Al ver a su mujer y a su madrina espiritual muerta de su propia mano, Carmelo corrió al vara en pie,( pequeño bohío a ras de tierra) extrajo una soga y se ahorcó de la guásima centenaria que crecía en su patio y que servía para amarrar los caballos.

Tomasa la vecina, tomó al niño en sus brazos y corrió, corrió hasta muy lejos, hasta la ciudad de Colón, hasta la igesia del Padre Rodrigo. El Padre Rodrigo que miraba al niño mientras escuchaba la historia estaba sorprendido y para sus adentros decía, “ Dios mio es increible, yo no conocí a ese hombre pero todos decían que era comunista y Abakuá…” ..Dios mio, los Abakuá no perdonan y este niño, este niño rubito y de ojos azules que parece un angelito está en peligro de muerte”. Le pondré Mateo y lo cuidaré como un hijo.

Y esa era la historia de Mateo, el Babalawo blanco, ungido por Obatalá, el santero milagroso de los montes de Trinidad, el santero albino que ocasionó sin saberlo una tragedia el dia que vino al mundo. Por la ignorancia de su padre.

Esteban Martin

Cárdenas, Cuba, 1983

EL MULITO




Estaba yo castigado en el occidente de Cuba, en la Sierra del Rosario, por haber hecho unos planteamientos impropios en una asamblea de producción, allá por el año 1967, aquel lugar intrincado, cuyo nombre no recuerdo, era tan selvático e inaccesible que tiempo atrás lo habían elegido como base de entrenamiento para futuros guerrilleros latinoamericanos. Cuando yo estuve allí ya no funcionaba para esos menesteres, pero campesinos de la zona me lo contaron.

Lo cierto es que allí no tenía nada que hacer, solo reflexionar sobre mis errores. Fue entonces que llegó un grupo de estudiantes de geografía dispuestos a realizar trabajos topográficos en el lugar.


La vida se me hizo más interesante, comencé a realizar un trabajo periodístico sobre sus actividades. Aprendí que aquellas lomas se llamaban mogotes y que tenían la característica de no  unirse unas con otras, sino que elevaban en el terreno , dejando un precipicio ente una y otra. Observé también que los lugareños preferían como animal de transporte a los mulos por encima del caballo.


Yo como habitante de la ciudad, había escuchado que los mulos eran fuertes, pero tercos y que había que darle palos para que caminaran. No era verdad, estos monteñeses trataban con gran cariño a sus mulitos, porque no eran tan grandes, ni parecían tan fuertes, todos caminaban lentamente y su paso era cansado. Yo sin embargo prefería utilizar un caballo para trasladarme en los alrededores. Habían cuatro buenos caballos de montaña en aquel campamento al pie de un mogote.
Ocurrió que un dia los estudiantes de geografía decidieron adentrarse en las montañas, por cireto etamos hablando de elevaciones que no rebasan los 600 metros de altura, pero para un cubano estas son  extraordinarias alturas sólo comparables la de lo Andes.
Entonces todos prefirieron los caballos y yo que era un agregado y además un castigado no tuve más remedio que montarme en un mulito.

Comenzó el ascenso, todos avanzaban rapidamente, los caballos trotaban a paso agigantado, y se impulsaban para subir las lomas, mientras, mi mulito avanzaba lentamente, tan lentamente a que una hora después yo no veía a la caballería, sin embargo me di cuenta que el mulito seguía su rastro sin yo guiarlo. Preferí entonces soltar las riendas del mulo y ponerme a leer a uno de mis poetas preferidos, Nocolás Guillén y cuyo libro casi siempre estaba conmigo para soltear alguna de esas horas de aburrimiento. Transcurrida un par de horas de marcha, tenía el cuerpo engarrotado y estaba deseoso de descanzar, parece que los de adelante, los de a caballo le sucedió lo mismo, pués los encontré junto a  un puente, finalizando su almuerzo campesino .

-Te guardamos algo- dijo el jefe de la expedición
- No se por qué era el jefe, tal vez por ser el mas intrépido, o el más inteligente o era un cuadro político de la Juventud Comunista
-Pensamos que te habías rajado,- dijo otro con tono burlón
-Es el mulo que no avanza- dije yo

Comí las sobras y los demás montaron sus briosos corceles,
-Ve alante- me dijeron, obedecí, pero…….
El mulo no quiso cruzar el puente. Un paso, dos paso y se paró, retrocedió, volví a intentarlo, dos, tres veces, todos se reían a carcajadas, el mulo se tiró en el piso, no quería caminar, que ridículo estaba haciendo, no sabía donde meterme y sentí ganas de tirar al mulo por el precipicio. Era verdad lo que había escuchado sobre los mulos… son un desastre.

Al fin me di por vencido, la caballería partió…el primer caballo cruzó el puente, el segundo y el tercero igual, el jefe del grupo que montaba el mejor de los caballos me dijo:

-Si el mulo camina, regresa, sino te recogemos a la vuelta, ahí te dejamos agua-
Como en las películas de cawboys, el caballo se paró en dos patas, giró sobre si mismo, relinchó y avanzó sobre el puente, dos tres pasos y el puente se derrumbo, jinete, y caballo cayeron al precipicio.

Cuatro horas mas o menos duró el rescate. El caballo murió. Se hizo un puente de cuerdas. Y se logró subir al jefe, se bajo en pariguela, amarrada a mi mulito que anduvo ágil en el regreso . Por suerte era duro de roer, tal vez por eso era el jefe, cuatro fracturas de costillas, un brazo, y algunas heridas en la cabeza, pero se recuperó.

Y yo… yo volví a montar en mulo, pero esta vez con mucho respeto, lo dejaba caminar y que me llevara por  donde quisiera. Porque él, este feo animal orejón, si era el verdadero jefe, el dueño y señor de aquellas pequeñas, pero peligrosas  montañas.


Esteban Martin
La Habana, Cuba, 1969

SALUDOS

Comienzo este blog para colocar en él  algunas anécdotas y relatos que ya he publicado en la página:
http://freewebs.com/romares85. Hago esto porque en esa página pensaba hablar sobre dos o tres temas, pero al final he  escrito tantos relatos y anécdotas que se acabó el espacio disponible en la página y es por  eso que he comenzado a trasladar a este blog todo aquello ya publicado en el sitio anteriormente citado  y ahora con más espacio podré hablar sobre otras historias que me han contado o que sencillamente me han ocurrido, o que tal vez he inventado.
Muchas gracias
Esteban J. Martin